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  • Fracking amenaza a campesinos del norte de México

    Galería de Fotos | 16 Fotos Irving Cabrera Torres

    El aroma a huevo podrido que se respira todas las mañanas en San Pedro Lagunillas contrasta con la paz de este silencioso pueblo de 3,600 habitantes.  Aunque esa tranquilidad se irrumpe por las noches y a distintas horas del día cuando las turbinas del Parque Geotérmico Domo de San Pedro, ubicado a 500 metros de la laguna de Balbuena, comienzan a trabajar.

    Ubicado al sur de Nayarit, sobre el eje transversal volcánico, el municipio de San Pedro Lagunillas  es el primer sitio en México donde se instala una empresa privada para  la explotación de geotermia (calor de la tierra para generar electricidad). Grupo Dragón, propiedad de Ricardo Salinas Pliego dueño de Tv Azteca, uno de los hombres más ricos de México, podrá comercializar la energía geotérmica durante 30 años según la concesión otorgada y anunciada por el gobierno mexicano el 3 de noviembre de 2015.

    El proyecto consiste en perforar 18 pozos con la técnica de la fracturación hidráulica o fracking (técnica que consiste en perforar a más de 2,500 metros de profundidad, inyectando sustancias químicas a altas presiones en el subsuelo, fracturando las estructuras rocosas para liberar los hidrocarburos atrapados en ellas que tiene por objetivo extraer gas, petróleo y energía geotérmica), de los cuales hasta ahora solamente hay cinco en funcionamiento. Debido a la emanación de ácido sulfhídrico altamente tóxico y mortal, uno de los gases que sale cuando se perfora la tierra a esa profundidad, habitantes de San Pedro comenzaron a tener afectaciones en la salud como ardor en los ojos, dolor de cabeza, náuseas y comezón en la piel desde la llegada del proyecto geotérmico a sus tierras.

     Los campesinos de Nayarit temen por su salud, tienen el cielo azul como único testigo de "la muerte silenciosa", la alteración que tuvieron sus vidas a partir de la llegada del proyecto geotérmico del Grupo Dragón es permanente, la fortuna de habitar una tierra fértil puede ser  su desdicha. Aire que transporta gases tóxicos, metales pesados que son arrastrados por el viento hasta tierras de cultivo, riesgo de contaminación a los mantos acuíferos, exceso de ruido que provocan las turbinas de la planta día y noche, dibuja un futuro gris entre habitantes de San Pedro Lagunillas quienes están preocupados por los daños al medio ambiente y salud que provoca la planta geotérmica en el sur del Estado. Marcela Romero, madre de familia, “sabemos que en Mexicali (norte de México)  la geotérmica ha dañado la tierra, la salud de las personas y la crianza de animales". Las consecuencias de convivir con una planta geotérmica son altamente riesgosas ya que pueden provocar: distintos tipos de cáncer, enfermedades renales, asma, sordera, baja producción agrícola y deterioro ambiental.